Smile

Smile

miércoles, 16 de octubre de 2013

¿Necesitas sonreír?

Un grupo de niños de Mozambique nos hacen un precioso regalo en forma de consejo que me gustaría leeros:

 “Los niños de Praia Xai-Xai en Mozambique no sabemos muy bien cómo es la vida en España. Pero nos han dicho que trabajáis muchas horas y que tenéis una cosa que se llama estrés que hace que se os ponga el pelo blanco, y que os cueste sonreír. También nos han contado que pagáis mucho dinero durante muchos años para tener una casa. Que debe ser como un castillo, ¿no? Y que os enfadáis cuando no os abrochan los pantalones del verano pasado. O cuando sale un móvil nuevo y no os lo podéis comprar. Aquí no tenemos ninguno de esos problemas. Por eso queremos ayudaros y hemos decidido apadrinaros. Nos comprometemos a enviaros nuestros donativos de felicidad. No tenemos mucho que haceros llegar, pero por poco que sea de algo os servirá. Con nuestros dibujos, una carta o una manualidad, queremos conseguir que seáis un poco más felices en vuestra vida diaria. Y así sentirnos los padrinos más contentos del mundo. Nos encanta hacerlos y nos cuesta muy poco. Y a vosotros no os costará casi nada.”


 La sabiduría de estos niños destapa el gran problema con el que vivimos en la sociedad desarrollada. Ese gran problema al que llamamos “stress”, cuya definición científica, es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Pero que en realidad en nuestro caso yo lo definiría como agobio innecesario debido a estímulos exagerados.


 Sinceramente, cada vez tengo más la certeza de que el mundo esta “patas arriba”. En este sentido las profesiones que requieren grandes responsabilidades, en las que sus actos tienen repercusiones en todos nosotros y que deben mirar cada día por el bien de los demás, como por ejemplo los políticos, no se agobian en absoluto. Cuando, si son ellos los que asumen esa responsabilidad deberían ponerse a la altura de su elección. Por otro lado, las personas que ejercen profesiones más comunes que requieren menos responsabilidades no paran de resaltar lo agobiadas que se encuentran.

 Las primeras si solo miran por su propio interés cuando dependemos todos de ellas, cometerán errores gigantescos. Y por otro lado, todas las demás que nos agobiamos por cualquier tontería nos tomaremos la vida como una gran angustia siendo que en realidad es lo contrario, un gran regalo. Es decir, que curiosamente nosotros mismos nos ponemos obstáculos innecesarios.

 Con la carta de estos niños de Mozambique en la que hablan extrañados de los problemas banales que nos ponemos a nosotros mismos, me gustaría que os dieseis cuenta de que no es un problema real y de que estamos exagerando, que es el primer paso .El segundo, es que veáis que con cosas muy sencillas se pueden aliviar.


 Una de ellas, que cual considero muy importante es la sonrisa. Como señaló Greta Garbo “Cualquier persona que tenga una sonrisa permanente en su cara, oculta una fortaleza que es casi aterradora”. La sonrisa tiene la misma relación con el buen humor que el guiño de ojos con la complicidad. Una sonrisa no hace ningún tipo de daño y es gratis. Y no solo eso, además está relacionada con el optimismo, que consiste en ver el lado bueno y cómico de las cosas cotidianas. Y en ese sentido estoy de acuerdo con la solución a gran escala que propone Jaime Nubiola en su libro, “ Hay que aprender a reírse de uno mismo, de los propios fracasos, de la vanidad herida, del contraste entre las brillantes aspiraciones y los pobres resultados.”



 Fruto de mis reflexiones considero esta última y la que nos aconsejan los niños de Mozambique que son las mejores soluciones frente a nuestro “problema innecesario”. Ahora solo queda que los que se consideren identificados den un paso adelante y decidan empezar a aplicarlo. Si exageráramos nuestras alegrías como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia, lo cual es un gran paso que podemos dar cada uno para conseguir vivir en paz. Para terminar he decidido citar una frase de Susan J.Bissonette que considero que lo resume todo.

 “Un optimista es la personificación humana de la primavera”.

                                                                                                                                         Fdo: Patricia H.




No hay comentarios:

Publicar un comentario