
A la hora de la elección de un
instituto para estudiar el bachillerato mis padres antepusieron su decisión a
la mía, tuvo que ser una tarea difícil para ellos en ese preciso momento.
Aunque también es cierto que siempre se
lo agradeceré porque fue allí donde me di cuenta que estaba yendo por un camino
erróneo, y decidí volver a llevar las riendas de mi vida, ahora sí con mucha
más confianza y un poquito más de experiencia. Sinceramente no tengo mal
recuerdo de esa época, puesto que aunque no fuera precisamente buena ha influido notablemente en como soy ahora, y en mis aptitudes e inquietudes. Además gracias
al instituto conocí la Universidad de Navarra donde estoy estudiando, y me
atreví a estudiar bioquímica. La decisión de la que me siento más orgullosa.
Sinceramente no sabía si estaba tomando la decisión correcta hasta el día del
examen previo, hasta que pisé Pamplona y me enamoré de mis futuros cuatro años.
Y al final, ha sido incluso mejor de lo que me imaginaba. Estos dos años de etapa universitaria han sido indudablemente los más exquisitos. Me he dado cuenta de que adoro lo que estoy estudiando, donde lo estoy estudiando y por supuesto, con quién, he conocido a personas que ya considero insustituibles. No tengo palabras para describirlo.
Y al final, ha sido incluso mejor de lo que me imaginaba. Estos dos años de etapa universitaria han sido indudablemente los más exquisitos. Me he dado cuenta de que adoro lo que estoy estudiando, donde lo estoy estudiando y por supuesto, con quién, he conocido a personas que ya considero insustituibles. No tengo palabras para describirlo.
No obstante, también he crecido
personalmente de manera exponencial. Me
gusta pensar que todo ese cúmulo de experiencias han dado forma a mi personalidad como si estuvieran
esculpiendo una escultura, y esa escultura que empieza a dejar entrever
algunos detalles sea mi propio yo. Me considero una persona realista, pero
siempre intento llevar el realismo hacia el positivismo, un día sin sonreír es un día perdido. Creo enormemente
que no hay nada malo que por bien no venga, esto me ayuda a entender las cosas
no tan buenas que suceden. Creo en el destino y me considero fan incondicional
de los dos actos humanos más bellos, sonreír y dar consejos, el segundo
requiere sacar el pasado enterrado, limpiarlo, quitar las partes feas y
reciclarlo, dándole más valor del que tiene y entregárselo a otra persona con
el fin de evitarle un posible error.
No hay comentarios:
Publicar un comentario